Lo gratis sale caro | Paga el precio que la vida te exige
Sánchez Isame, Nicolás

En esta vida, absolutamente todo tiene precio, incluso aquello que le llaman “gratis”.

¿No me crees?

Mira, en mi país (Argentina) se dice que la educación universitaria es gratuita, pero ¿crees que nadie la paga? ¡Por supuesto que sí! ¡La pagamos todos (bueno, no todos) los argentinos con los impuestos!

Pero vamos a un ejemplo cotidiano mucho más sencillo. Cuando estás mirando un video de YouTube, es información gratuita ¿no? Bueno, descontando el Internet que seguramente pagas (¿ves que no es gratis?) ¿con qué más estás pagando? A ver a ver… ¡Con tu tiempo!

Así que quítate la idea de que existe lo gratis porque, si escarbas un poco, llegarás a la conclusión de lo primero que te he dicho en este artículo: que absolutamente todo en esta vida tiene precio.

Ese no es el problema, el problema es si estás dispuesto a pagarlo.

¿Lo estás?

 

 

Obtienes lo que pagas

 

Muchas personas no estarán de acuerdo, pero en la vida obtienes lo que pagas. ¿Qué pagas lo más barato? Pues lo más barato obtendrás.

¿Qué sucede cuando eliges comprar el artículo más barato sabiendo que realmente quieres otro más caro, de mayor calidad? Que, no siempre, pero, en general, lo más caro suele ser de mayor calidad (de ahí el aumento en el precio), de modo que cuando compras lo más barato estás comprando menor calidad de producto y/o servicio, lo que hará que tenga una menor vida útil o alguna deficiencia que, tarde o temprano, provocará que tengas que volver a desembolsar dinero, ya sea en arreglos o en un nuevo artefacto.

Como decían nuestros abuelos: quien compra barato, compra dos veces.

¿Qué tal cuando pagas a un mentor y buscas el más barato, en lugar del mejor? El mejor, por ser el mejor, te cobrará mucho más caro, pero también te ofrecerá lo mejor. ¿Pero qué pasa con el más barato? Que por algo lo es, y no podrá ofrecerte más allá del valor por el que has pagado.

Piensa en el ejemplo que quieras y te darás cuenta que siempre ocurre lo mismo: obtienes lo que pagas. Punto.

Ahora que ya has comprendido este concepto, te voy a mostrar cómo es que el mismo se plasma en todas las áreas de la vida ¡A eso vamos!

 

El precio de la salud

¿Qué hace una persona dispuesta a pagar el precio de una salud óptima? Pues paga el tiempo y esfuerzo de entrenar, el precio de los alimentos más saludables, evitar el placer instantáneo de la comida chatarra y descansa las horas que el cuerpo necesita, dejando de lado las fiestas, el alcohol y la noche.

¿Qué hace una persona que no está dispuesta a pagar el precio de una óptima salud? Pues lo contrario: se alimenta mal, no entrena, trasnocha, bebe alcohol, fuma y hasta se droga.

Pero ahora viene la parte interesante.

¿Qué terminan obteniendo estos dos tipos de persona?

La primera una salud óptima, altos niveles de energía que se traducen en una mayor productividad, el cumplimiento de objetivos más ambiciosos, éxito profesional, reconocimiento de sus compañeros de trabajo y, por supuesto, la felicidad como consecuencia de todo lo anterior.

¿Qué sucede con la otra persona?

Pues que solo disfruta de unos breves momentos de placer que le proporciona la comida chatarra, el alcohol, las fiestas y los vicios, pero, a cambio, paga el precio de una salud deteriorada, bajos niveles de energía, una imagen personal deplorable, baja confianza y, lógicamente, una profunda sensación de infelicidad.

Ambos pagan precios distintos.

¡Pero ambos obtienen resultados distintos!

 

El precio del dinero

Aunque suene contradictorio, el dinero también tiene un precio.

Déjame que me explique.

Todas las personas soñamos con tener libertad financiera (sí, incluso aquellas hipócritas que afirman lo contrario pero, por dentro, se mueren por tener mucho dinero) pero solo una minoría la consigue ¿por qué? De nuevo lo mismo: solo una minoría está dispuesta a pagar el precio.

¿Qué sería pagar el precio del dinero (o de la libertad financiera)?

Sería aprender cómo funciona el dinero, comprar formación (libros, cursos, seminarios, mentorías, etc.) y aplicar la misma, equivocarse, perder dinero, poner en marcha un negocio, frustrarse durante el proceso, resolver problemas, enfocarse y seguir trabajando día noche, fines de semana y sacrificar vacaciones y salidas mientras el resto se divierte y se relaja. Y así ¡por años! ¿Duro no? Claro que sí.

Ahora, puedes tomar el sendero fácil sencillo: relajarte, trabajar lo justo y necesario, ir tirando, no aprender nada nuevo, tener un trabajo con un salario estable (aunque miserable), evitar problemas y reunirse todos los viernes con tus colegas a charlar sobre el último partido de fútbol de tu equipo favorito o sobre la última serie de moda. Fácil ¿no?

Ahora, ¿qué obtienen estas personas?

La primera, la libertad financiera, la capacidad de vivir la vida a su manera, haciendo lo que quieras, cuando quieras, las veces que quieras y con quien quiera, también el profundo sentimiento de orgullo de las metas cumplidas luego de tanto sacrificio, y el sentido de propósito y autorrealización.

La segunda, por su parte, ya sabes lo que obtienes: una vida mediocre.

 

El precio del amor

¿Así que el amor también tiene precio?

Pues claro, como te dije al principio, todo en esta vida tiene un precio.

Y cuando hablo de amor me refiero a las relaciones con las personas que realmente nos importan en la vida, no solo en lo que concierne a las relaciones de pareja.

Pero vayamos al caso de la vida en pareja.

Como ya sabes, el amor es como una planta que debe regarse constantemente, ya que, si no se hace, la planta termina por marchitarse, es decir, la relación termina por desvanecerse. Es decir que debemos prestarle atención a la persona con la que nos relacionamos.

Pero hay algo más.

No solo que debemos prestarle atención a dicha persona, sino que, por si fuera poco, debemos no prestarle atención a otras personas, es decir, debemos dejar de lado las tentaciones de serle infiel a nuestra pareja; y no solo es una cuestión de respeto hacia la otra persona sino también hacia nosotros mismos, ya que no hay nada mejor que irse a dormir sabiendo que solo estamos haciendo el bien.

¿Qué obtiene una persona que paga el precio del amor?

Pues una relación estable, amar a una persona y ser amado, la posibilidad de formar una familia y crear una descendencia, y la oportunidad de compartir la felicidad y toda una vida con otra persona.

Pero ¿qué obtiene la persona infiel? Pues relaciones inestables, peleas, disgustos, divorcios, juicios, problemas con los hijos, hacerle daño a otras personas (que la ley del Karma se encargará de cobrar) y, seguramente, quedarse siempre solos o ir de relación tóxica en relación tóxica.

Si has prestado atención, puedes fácilmente darte cuenta de que siempre es mejor pagar el precio que la vida nos exige, ya que si lo hacemos, ésta será totalmente justa con nosotros.

Ahora que ya hemos visto lo qué sucede cuando pagamos y cuando no pagamos el precio en la salud, el dinero y el amor, veamos otro punto interesante: el de la información que consumimos.

 

 

El precio de la información

 

Sí, la información también tiene un precio. O pagas con dinero o pagas con tiempo.

Muchos aspirantes a emprendedores son renuentes a la idea de pagar por información. Argumentan que en Internet ya está todo gratis, y aunque no es una idea descabellada, no es del todo cierta.

Mira, la verdad es que no toda la información está disponible de manera gratuita en Internet, e incluso si lo estuviese, al ser “gratis”, la mayoría de personas no la aprovecharía ¿por qué? Debido a algo que se conoce como sesgo de inversión.

¿Qué es el sesgo de inversión? Pues básicamente una concepción mental de que solo valoramos aquello que nos ha costado. El mismo curso con exactamente la misma información no te generará los mismos resultados si lo pagas que si no lo pagas, o incluso peor, si lo robas.

¿Por qué aprovechas más un curso o una formación de pago? Porque, justamente, has tenido que pagar por ella, porque te ha costado y, además, también por el mero hecho de no perder el dinero.

Así que toda la información que te parezca gratis al principio te saldrá muy cara con el paso del tiempo.

 

 

La información de pago no es cara

Sé que pensarás que escribo esto porque quiero que compres la información que yo tengo de pago (mis libros y próximamente mis cursos), pero no es el caso.

Lo que sucede es que con la información de pago, si bien tendrás que invertir dinero, ganarás mucho tiempo, dado que ese tiempo ya lo ha pagado la persona que imparte el curso.

Hablando de mi propia experiencia, la Colección Controla tu tiempo me llevó años de estudio e investigación, he leído más de 100 libros (que he disfrutado mucho, claro está) y escribirla también me ha llevado una enorme cantidad de tiempo, trabajo, dedicación y energía. Pero tú no tienes que pagar todo ese precio para acceder a dicha información porque ya lo he hecho yo; lo único que tienes que hacer es pagar el precio en dinero que, comparativamente con el esfuerzo que me llevó, es ridículo.

Con todo, no estoy diciendo ni obligándote a comprarla, es solo un ejemplo.

Pero ¿por qué sostengo que la información de pago no es cara?

Porque está ordenada, paso a paso, vas a saber de antemano qué es lo que funciona (y debes hacer) y qué es lo que no funciona (y no debes hacer). En síntesis: ahorrarás mucho tiempo y frustración.

Pero, si aún no te he convencido, también tienes el otro camino, el de hacerlo solo.

Solo recuerda que no vas a vivir quinientos años.

 

 

Conclusión

 

Como has visto, todo en esta vida tiene un precio, lo único que debes hacer es averiguar cuál es y decidir si estás dispuesto o no a pagarlo.

No hay más secretos.

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Créditos de imagen: <a href=»https://www.freepik.es/foto-gratis/joven-sano-atleta-haciendo-ejercicio-cuerdas-gimnasio-modelo-masculino-soltero-practicando-duro-entrenando-parte-superior-cuerpo-concepto-estilo-vida-saludable-deporte-fitness-culturismo-bienestar_12836358.htm#query=deportista&position=22&from_view=search&track=sph?log-in=google»>Imagen de master1305</a> en Freepik

 

SOBRE EL AUTOR

Nicolás Sánchez Isame

Nicolás Sánchez Isame

Soy un apasionado de la productividad y el desarrollo personal. Luego de años de estudio y aplicación te comparto todo lo que aprendí sobre esta fascinante área del conocimiento. 

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