4 ideas para vencer la procrastinación
Sánchez Isame, Nicolás

Según el Dr. Piers Steel, en su libro Procrastinación: porque dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy, el acto de procrastinar provoca pérdidas de billones de dólares a la economía estadounidense y, obviamente, como este mal hábito no es solo patrimonio de Norteamérica, sino que en el resto del mundo la cosa no debe ser muy distinta.

La procrastinación es el hecho de dejar lo importante para mañana, es un comportamiento irracional porque ¿qué sentido tiene dejar para después algo que sabemos que es beneficioso para nosotros?

La razón de este comportamiento irracional se debe a que siempre, lo importante, lo que nos hace avanzar en la vida, es difícil, tedioso, trabajoso, aburrido, esforzado, y también puede existir la posibilidad de fracasar o ser rechazados, por tanto, como nuestro cerebro no quiere sentirse incómodo, nos persuade para hacer en su lugar algo mucho más agradable. Algo que, por supuesto, no nos hace avanzar en absoluto.

Y tal vez por un rato nos sintamos bien, ya que la actividad que decidimos hacer es mucho más agradable, placentera y/o divertida, pero ¿cuál es el problema? Que nos estancamos o incluso retrocedemos, y eso, con el tiempo, sin duda nos va a hacer sentir muy pero muy infelices ya que no vemos progreso alguno.

En pocas palabras, a mediano o largo plazo, la procrastinación siempre nos da cero resultados.

 

 

4 ideas para vencer este mal hábito

 

¿Entonces no podemos hacer nada al respecto? Por favor, claro que sí podemos hacer algo al respecto, en esta vida, salvo la muerte y pagar impuestos, todo lo demás tiene solución.

¿Qué podemos hacer para vencer la procrastinación? Prueba alguna de las siguientes ideas:

 

Idea nº 1: ¿qué es lo peor que puede pasar?

 

Cuando aparecen los deseos de procrastinar algo, muy a menudo sucede porque lo que tenemos que hacer nos genera miedo, ya que existe la posibilidad de fracasar o ser rechazados, entonces, es en esos escenarios donde podemos poner a prueba la primera idea que consiste básicamente en preguntarnos: ¿qué es lo peor que podría pasar?

Imagínate que estás en un evento y te gusta una chica o un chico, y tienes miedo de acercarte a conversar por miedo a que te rechace, entonces, te preguntas qué es lo peor que podría pasar. Analicémoslo, ¿qué es lo peor que te podría pasar? Que te rechace o no quiera hablar contigo, eso es todo ¿te parece para tanto? Por lo tanto, al formularte esta pregunta te das cuenta que las consecuencias negativas no son para nada graves y te quitas mucha presión de encima.

Ahora, siguiendo con el ejemplo, ¿qué es lo mejor que te podría pasar? Que la chica te responda súper bien (porque tal vez tenía ganas de que la hablaras), que conecten, que pasados unos días tengan su primera cita, y bueno ¿quién sabe? ¡Tal vez se convierta en tu novia!

Visto desde esta perspectiva, tienes muy poco que perder ¡pero mucho que ganar!

 

Idea nº 2: solo 10 minutos

 

Imagínate que quieres comenzar a caminar, trotar o correr y, por supuesto, aparece el clásico “mejor comienzo mañana”. ¿Por qué sucede esto? Por algo que se llama inercia, y es la resistencia que todos los seres humanos sentimos cuando tenemos que pasar de un estado de reposo (estar echado en el sofá mirando series) a ponernos en movimiento (entrenar en el parque o el gimnasio, por ejemplo).

Pero tienes que saber algo que, además de ser una estrategia mental para ahorrar energía, ese sentimiento de pereza es solo por unos minutos pero, una vez que ya estamos en movimiento es mucho más fácil mantenerse en movimiento. Por eso es que te sugiero que te mentalices de que solo vas a salir a entrenar por diez minutos, pero ¿qué sucede? Que una vez que esos diez minutos ya hayan transcurridos, verás que te resulta muchísimo más fácil seguir entrenando ¿por qué? Porque ya te encuentras en movimiento.

Así que eso es lo que tienes que hacer: mentalizarte de que solo harás esa actividad por diez minutos para “romper el hielo” y, una vez que ya estés en movimiento, seguir en movimiento. Eso es todo.

 

Idea nº 3: primero hazlo, luego cuéntalo

 

Vivimos en un mundo de habladores, pero no de hacedores. La mayoría se la pasa hablando de sus planes, de que va a hacer esto, aquello y lo otro, pero luego ¿qué es lo que sucede? Que lo hacen a medias, no hacen nada o incluso peor ¡Hacen justo lo contrario! Por favor, no seas como la mayoría.

¿Qué hace la minoría? Lo opuesto a la mayoría: hacen mucho y hablan poco.

Porque créeme, si realmente estás haciendo lo que tienes que hacer no vas a tener mucho tiempo de anar diciéndolo, además de que no tendrás deseos de hacerlo. Los únicos que tiene tiempo de estar hablando de lo que supuestamente van a hacer son los habladores ¿por qué tienen tiempo para ello? ¡Porque no están haciendo nada!

Entonces, lo que te sugiero es que en lugar de decir que vas a hacer algo, mejor hazlo primero y luego cuéntalo. Es más, te aseguro que si sigues esta estrategia ni siquiera vas a tener que abrir la boca porque serán tus resultados los que hablen por ti.

Aterricémoslo.

En vez de decir que vas a comenzar el gimnasio y te vas a poner fuerte como una roca, mejor comienza en silencio, entrena con disciplina, conviértete en esa roca y, una vez que lo seas, no tendrás que decirlo; tú lo verás cada vez que te mires en el espejo, y las personas que te conocen lo verán cada vez que te tengan en frente. ¿No es eso mejor que pasársela hablando de cosas que nunca vas a hacer?

 

Idea nº 4: diseñar el ambiente

 

Si hay una cosa que puede hacerte perder mucho tiempo y caer en el mal hábito de la procrastinación, es tener un ambiente (sobre todo de trabajo) desordenado y lleno de distracciones.

¿Qué hay que hacer para ser ordenado? Simplemente actuar por diseño en lugar de hacerlo por defecto, es decir, acomodar cada espacio y elemento de tu oficina, habitación, cada, etc. Y no solo te limites a espacios físicos sino también a todo lo que tiene que ver con el mundo digital: tu correo, tu Google calendar y, sobre todo, los archivos que tengas almacenados, tanto en la nube como en tu computadora. Por favor ¡no es tan difícil! Lleva poco tiempo, pero ahorra mucho de él.

Por otro lado están las distracciones. Lo primero que tienes que hacer es identificar cuáles son tus distracciones: ¿son los grupos de Whatsapp? ¿Son todas las suscripciones que tienes en YouTube? ¿Son todas las newsletter a las que estás suscrito que en realidad no te aportan nada? ¿Son esas personas que te interrumpen constantemente?

Identificas, y luego, elabora una serie de ideas para bloquearlas o eliminarlas. Te doy algunos ejemplos:

  • Ten siempre tu teléfono celular en silencio (no, nadie te llamará por una verdadera emergencia).
  • Quita todas las aplicaciones, salvo Whatsapp, de tu teléfono (pruébalo tan solo una semana).
  • Vende tu televisión y con ese dinero comienza a armar tu biblioteca.
  • Vende la consola o regálasela a tu sobrino (sí, es en serio).
  • Bloquea tu teléfono móvil de 22 a 6 hs.
  • Etc.

 

***

 

Y hasta aquí con el hábito de la procrastinación, el enemigo número 1 de la productividad personal. Recuerda que, si quieres profundizar en este tema y contar con una serie de soluciones prácticas, tienes mi libro Adiós Procrastinación: cómo hacer hoy lo que quieres dejar para mañana.

¡De nada!

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Créditos de imagen: <a href=»https://www.freepik.es/foto-gratis/mujer-negocios-pensativa-usando-telefono-movil-mientras-relaja-oficina_26144213.htm#query=procrastinar&position=6&from_view=search&track=sph»>Imagen de Drazen Zigic</a> en Freepik

 

SOBRE EL AUTOR

Nicolás Sánchez Isame

Nicolás Sánchez Isame

Soy un apasionado de la productividad y el desarrollo personal. Luego de años de estudio y aplicación te comparto todo lo que aprendí sobre esta fascinante área del conocimiento. 

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